Pagamento para nutrir al mundo invisible
Es invierno, el cielo nublado y en lo alto de la cordillera, allí donde nacen vertientes de agua pura que riegan el desierto fuimos con los que llegaron un domingo temprano para ir a rezarle a las aguas y a rezar por todos y todas. Allí estuvimos junto a hermanas y hermanos de Domeyko, Valle del Limarí, Ovalle, Copiapó, de Caldera y junto a los Caravaneros que vienen de todas partes, inclusive desde Byron Bay, Australia.
Fuimos junto al taita Colla, don Zoilo, arriero de montañas y hombre de sabiduría, ceremoniante y poeta del corazón de las montañas. El abuelo nos guió en una ceremonia y la hizo participativa donde abundó el rezo, la hermandad, los cantos y que se centró en un pagamento a la Tierra, con ofrendas de colores e intenciones. Nutrimos. Los niños y las niñas tuvieron un rol principal.
Pedimos permiso para realizar nuestras actividades y para elevar cantos que son de otros parajes. Los asistentes nos agradecieron y recalcaron la responsabilidad de caminar con estas banderas de unidad y por la Paz.
Don Zoilo nos confesó que al mero momento de conocer la idea, se sumó y por eso vino a acompañarnos a estas tierras que lo han visto recorrer a caballo y desde hace mucho, los montes y los valles del interior de Copiapó.
Tuvimos una mesa andina, de la tradición ancestral local y entre las palabras que brotaron como el agua pura del desierto, se dijo que somos muchos, rezando, pagando a la Tierra, haciendo ofrendas para pedir los permisos que corresponden a los ancestros y lo hicimos. Como viajeros entendemos entendemos que debemos seguir este protocolo para que lleguen las bendiciones de los Apus (cerros sagrados) y también de quienes sostienen la memoria ancestral del territorio.
Fuimos invitados a revolcarnos en la Tierra y a sacudirnos. Fuimos invitados a abrazar a Pachamama. El agradecimiento estuvo en boca de cada asistente y la atmósfera fue cálida.
Jallalla Pachamama
Jallalla Taita Inti
Cumbre de los Pueblos
Luego de agradecérsenos el rezo de una Caravana por la Paz y la Restauración de la Madre Tierra, en esta época, fuimos invitados a llevar dos mensajes:
1.- Enarbolemos la bandera de la unidad de los pueblos de América Latina, nuestro territorio. Somos una sola gran familia.
Jallalla Whipala
2.- Realicemos ceremonias, pero no en días especiales, sino todos los días. Agradezcamos la vida, el agua, el aire, la belleza de las montañas, el amor de nuestros ancestros, y pidamos por la felicidad de todos los seres, porque así nos hermanamos con nuestros compañeres de jornadas. Don Zoilo nos dice que los papachos y las mamachas de antaño y quizás algunos que rondan con el ejemplo, así lo hacían y así lo hacen. Día y noche, fuimos invitados a agradecer a Pachamama, al Mundo Espiritual y a todo, por tanto que significa descubrir la magia del Ser.
que sea en buena hora! adelante con la memoria viva de nuestros pueblos! jikisinkama hasta volvernos a encontrar.